El Canto del Lapacho
(Flavio Cruz)
El cielo y su lenguaje de nubes plomizas,
enmudecen ante los rastros amenazantes del sol,
hasta mi amor es apenas un murmullo,
que juega en Agosto como acequia por el cerro.
Voces de lapachos se agitan crecientes por el viento,
al fin los cándidos ojos de mi pueblo,
se despojaran las malojas del olvido,
y contemplaran admirados su viril melodía,
Su canto rosado y amarillo.
que sube por la tarde hacia lo alto del invierno,
se endulza en las cañas, y se eleva sintiendo,
mientras las torcazas de mi guitarra
acompañan armoniosas su vuelo.
Ese canto secular y paridor,
el canto del lapacho,
que ruboriza los patios y veredas con su cantar
y enaltece las calles con sus alfombras de color,
nos besa como un sueño milagroso, puro y vegetal.
Ni siquiera su pecho de sombra,
ni sus gajos negros, niegan su destello,
lo elevan aun mas, burlando los techos,
y pugnando al orgullo de la inmensidad.
Si, su canto ya es nuestro,
miles de campanitas luminosas lo anuncian,
su concierto florido de luz se agiganta en los ramajes,
vibran sus sonoras y ansiadas coplas de vida
y en retumbos candentes de alegría,
estremecen por completo a Tucumán.