Adelaida
(Flavio Cruz)
Su pelo largo, ceniza,
su rostro madre, india blanca,
pintaba de luz la vida
con las resinas de su alma.
Recuerdo sus manos mansas
con sus caricias de hada,
y como las primaveras
a sus vestidos floreaban.
Adelaida,
su risa luna del alba,
jugaba entre los telares,
entre viñedos y zambas,
y era un nido su regazo
cantandome una vidala.
En Hualinchay los nogales
nacieron con su llegada
y el verde se alzo cantando
porque su sangre es Andrada.
Sobre su gris cabellera,
un cielo azul descanzaba,
era su fragil pañuelo
que al horizonte volaba.
Adelaida,
su risa luna del alba,
jugaba entre los telares,
entre viñedos y zambas,
y era un nido su regazo
cantandome una vidala.
|